lunes, 5 de abril de 2010

CIUDAD por Piero Galasso

Me gusta desarrollarme personalmente en espacios habitados por seres de mis mismas capacidades sentimentales. Entablar conversaciones serpenteantes y repetidas hasta la saciedad en la ardiente oscuridad del triste deambular humano de la sociedad. Disfruto sobremanera de las palabras de los sabios de horquilla y rastrillo, sabiduría macerada en sudor y dolor lumbar. Bucear en la soledad del extrarradio esclarece y dulcifica la dignidad de cualquier individuo. Uno logra controlar a su esquizoide gemelo en la tierra de la calma y el sosiego. Es en ese momento, cuando uno está disfrutando de la tranquilidad rural, que uno recibe el pistoletazo de salida a una nueva vida. Uno no lo decide, ocurre sin más y genera en el elemento fantasmal del hombre el deseo de comenzar la carrera. Es el espiritu nómada de los ancestros que nos posee y nos obliga a desaparecer de la tierra amada. Es un deseo implacable y tenaz que logra provocar un movimiento sísmico en el interior del cuerpo. El hombre conocedor de sus limitaciones es aquel que tiene encerrados a sus miedos en una jaula con las puertas abiertas, exactamente igual que el yonki conocedor de su adicción y decide continuar su romance con la espada afilada de una heroína de tebeo. Sale el hombre con su escasa vida empaquetada en fino papel de embalar dispuesto a lograr el sueño. En su recuerdo siempre portará la imagen de sus seres queridos rellenando de lágrimas el pantano situado en la colina donde los hombres consiguen volar con alas de metal. Aguantando el llanto para no mostrarse débil ante su ascendencia más directa, traga la bola del dolor paternal y le pican su pasaje al nuevo título del siguiente capítulo de sus memorias. Una vez en destino se siente deslumbrado por el fascinante vaivén de la gran ciudad. Uno desearía saber expresar la cantidad de emociones que bullen por su cerebro de la misma manera que el gran granadino en su visita a Nueva York.

CIUDAD por Luc Dupont

Dormido, contando las horas, haciendo malabares con mis mentiras, sólo yo sé cuál será mi próxima máscara, mi siguiente perdición. Tu lluvia me moja el alma, me he comido tantas espinas de tu cuerpo que sólo puedo estar sentado esperándote, no consigo ponerme de pie ni mirarte a los ojos.

Ahora que no te tengo me levanto cada día con tu olor, ahora que se ha acabado quiero empezar a quererte. Me alejé de tus ramblas, de tus plazas, de tus malas pasadas, me convertí en otro que envidia al anterior. Quizás debí abrazarte a tiempo, demostrar esa conexión, mi complicidad con cada uno de tus disfraces. He saboreado la ironía de verte como la más elegante de las putas, la mejor poesía que pueda sentir. Eres luna, eres todas las puertas abiertas a mi pequeño cielo, a mi esquina de intimidades. No hay nada sobrenatural en tus entrañas, llena de palomas y sueños olvidados. No hay soluciones finales a mis problemas semanales, pero hay luz, desprendes música por todos tus agujeros urbanos. Como un demente solitario, sueño con meterme dentro de tí, sorprenderte por la noche, arañar un trozo de tu encanto y conocer tu secreto.

Sé que me esperarás, que seguirás aquí quieta, moviéndote con las olas de ese mar que significa tanto para tí. Sé que siempre lo estás mirando, soñando con adentrarte en él y dirigirte hacia otras partes del mundo. Nunca lo harás, y seguirás teniendo ese color cada vez más melancólico que inunda tus calles. No te preocupes, princesa, debes saber que no hay otra más bonita que tú, nunca me sentiré de ningún otro lugar. Soy tuyo y lo seré desde dónde esté, aunque no pueda oírte ni tocarte. Simplemente imaginaré que estás ahí, que nadie te ha hecho daño ni se ha aprovechado de tu inocencia.

Llueve, rompe a llover con fuerza. Ojalá se caiga el techo de mis limitaciones con tus truenos, ojalá me encojan tus gotas y pueda vivir en tí, en tu rincón azul. Con este puto tiempo no te puedo invitar a un café, no puedo salir a sorprenderte por las mañanas. Quizás un accidente fortuito nos acerque, nos una en un torbellino del que nadie saldrá vivo, una broma pesada que nadie entenderá. Sólo te pido que confíes en mí, que me dediques unos segundos de tu lujuria. Yo cumpliré mi parte del contrato, le pondré corazón a mis palabras, entenderé la magia de nuestras miradas. Ya no tengo planes perfectos ni noticias que inventar. No hay más versos que lanzar al vacío.

Está todo bien, con mis manos en los bolsillos no tengo frío, no enloquezco buscando las próximas estaciones. Puede ser que no verte me tranquilice, que necesitemos esta inútil rutina para vivir. Lo peor de todo es que no somos felices juntos, no logramos convertirnos en algo diferente, sólo nos une la adicción enfermiza que genera tu falsa soberbia.

Un día volveré a coger tu pequeña sonrisa, un día conseguiré que nos llamen locos. Restos de ceniza y suciedad en tus calles, sucedáneos de amor en mi cabeza. Maldita maldición gitana. Necesito volver a besarte.

RÉPLICA

El funcionamiento del blog consiste en ofrecer dos diferentes puntos de vista sobre una misma palabra. Los relatos no tienen que versar única y exclusivamente sobre la palabra en sí , dado que ésta se puede mostrar de diferentes formas. En resumidas cuentas, comenzamos una batalla dialéctica que ha comenzado en Barcelona, continúa en Londres y que todavía no tiene vencedor.


Piero Galasso.


INICIO

Un papel en blanco a veces hace que dudes, que tiembles y te preguntes si vas a poder dibujar algo que de alguna manera merezca la pena. Si la inspiración y las palabras se mezclan en el momento oportuno, puede que ese papel se llene de colores. En este blog vamos a establecer un diálogo entre dos personas, una conversacion a partir de relatos pequeños. Escogeremos una palabra y cada uno escribiremos un texto que tenga algo que ver con ella . No hay un mínimo de palabras, ni una forma preestablecida, los textos pueden ser prosa, poesía o cualquier tipo de género. El único límite de este universo es el número 2.


Luc Dupont.