martes, 31 de mayo de 2011

PIEL por Piero Galasso

Estimado amigo,

No lo necesitas. Otórgate la valía que te mereces. Comprendo que te gustaría ser el mimo que tira de la cuerda invisible de la timidez y la arranca del infeliz muñeco de vudú que tú mismo te has tejido. Elimina de tus ambiciones el ansía de sonrisa de ser provocador del regocijo social del triunfo vano e insignificante que crees que tal hazaña te aportaría. Te gustaría que tu pie de página en la cincuenta y siete de los Episodios Nacionales de tu entorno hablase de tu gallardía y bravura ante la localización de la coordenada insondable.

No intentes vivir los hechos de otra persona e intenta disfrutar modelando un nuevo muñeco que no sienta desesperación por no lograr lo que nunca ha intentado. Las situaciones potencian y denostan de tí lo que creen oportuno y , según tu parecer, no te deparan más que una posición confortable al amparo de una columna lastimera.Tu senda es otra y si alguna vez te has sentido libre puedes proclamarte poseedor de victorias infinitas.

Tus pasos dominan tus emociones y tu autenticidad radica en la veracidad de tu parlamento. No olvides que la felicidad es algo superior a ese estado que te sobreviene cuando caen los mitos. Espero que esta misiva inflija dicha en tu rostro del mismo modo que la daguerrotipia juguetea con la plata.

Siempre expectante,



Piero Galasso

lunes, 30 de mayo de 2011

PIEL por Luc Dupont.

Abstraerse significa eliminar la realidad y sus consecuencias dramáticas al tomar una decisión. Asomar por un momento la cabeza por un agujero de nuestra burbuja infantil y obsesiva donde nos encerramos para vivir; y así respirar. El miedo se encuentra dentro de esa rutina de pensamientos oxidados por la repetición. Para vencer el temor a errar nuestra dirección y poder confiar en la brújula, debemos convertirnos en otros diferentes a nosotros.

El ingenio se sube al cuadrilátero, y golpea. Sabe pelear duro y caerse, pero nadie lo puede tumbar. La imaginación siempre vuela un palmo más alto que nuestras cabezas, nadie la puede atrapar.

Los camaleones cambian de color para adaptarse. Yo cambio de piel para sobrevivir. En este baile de personalidades voy cogiendo altura y crezco con cada ocurrencia; cada mentira escupida al vacío refuerza mi disfraz de tipo cualquiera. Todas las palabras que invento para bailar contigo no valen mucho, podrían cambiarse por un pedazo de nada. El objetivo es que la espumosidad de mi champagne te emborrache pronto y no consigas distinguir las medias verdades.

Una excesiva lucidez provocaría que descubrieras un engaño bastante elegante que pretende evitar que te enamores de mis debilidades.

Luc Dupont.

viernes, 27 de mayo de 2011

SEMILLA por Luc Dupont

``Siempre te voy a recordar. Nunca te voy a olvidar´´.

No se sabe qué decir en las despedidas. Él llevaba tiempo pensando en que no era feliz, aquélla relación que le había dado tanta alegría se derrumbaba y no había andamios que la sostuviesen. Sara era la persona que más había querido en su vida. Cuando la conoció, conoció un mundo como el suyo, descubrió que existían personas que le entendían y le comprendían de verdad, se sintió realmente bien y desapareció ese vacío que siempre lo acompañaba.

Sus días pasaban entre las sonrisas mutuas de dos personas encantadas de haberse conocido y pensar en el otro en sus breves ausencias. Él creía haber abierto una puerta hacia el cielo, ¿habría encontrado la manera de ser jodidamente feliz? No. Lo supo desde el principio. Sara le daba paz, pero no le daba verdad. Sus ojos iban perdiendo ilusión cada día. Y su alma necesitaba buscar más, necesitaba seguir rompiéndose. Para bien o mal, quería más. No quería detenerse allí, buscaba crecer y convertirse en lo que podía llegar a ser.

Cuando él se alejó de Sara, su mundo se rompió y necesitó buscar desesperadamente una nueva manera de sentirse bien. Pensó que el dolor duele. Y consiguió reconocer una luz en aquella oscuridad momentánea. Prefirió rendirse a vivr ocultando su resentimiento por las decepciones de ayer. Él sabe que la vida no admite mirar hacia atrás sin perdonar. Que empuja hacia delante. Por eso él decidió amar más a la vida, quererla más que a Sara y a cualquiera, que a él mismo.

Ahora sólo mira hacia atrás para agradecer todo lo que se quedó en el camino para llegar a ser quién es. Hoy, en este día tan frió.

Luc Dupont.

viernes, 6 de mayo de 2011

SEMILLA por Piero Galasso

Mateo observa una motocicleta ,que está siendo puesta a prueba, con extrema atención. Está ojiplático delante de la rueda trasera, la cual ejerce una fascinación semejante a las imágenes animadas que sólo logra encontrar en la única ventana con fondo que su papá colocó en la casa. La rueda en cuestión sigue infatigable en su viaje a ninguna parte y el niño necesita sentir con sus yemas el alucinante material que, prisionero, reside bajo la goma negra del neumático. Estando a escasos centímetros de la verdad deseada, misteriosamente decide cambiar de apéndice y elige el pie que ,en su mollera, se antoja de mayor resistencia. Una vez que su duda queda resuelta, llora extrañado por un dolor que no parecía ir adjunto al maravilloso efecto visual que lo mantuvo prendado por varios minutos.

Esquivando la soporífera obligación descriptiva del terror paterno ante la hiriente contemplación de un hijo al borde de la mutilación, Mateo es un niño que cuenta los días por colores. Se considera a sí mismo un entusiasta que impregna las horas y segundos de colores vivos y furibundos. Todo a su alrededor le atrae poderosamente la atención y confiere a su rostro una expresión de incredulidad y asombro muy dulce y, también, tonta. Esto es así debido a que cuando uno es sorprendido abre la boca y la bienquerida idiotez va implícita en ese gesto. Hay seres que incluso redundan con inquina malsana. Al primero de ustedes que me reconozca que no abre la boca ante una buena o mala nueva o acontecimiento sorpresivo, le transmitiré, a través de su buena voluntad, mis condolencias a su caja torácica por la triste pérdida.

La tía Lourdes , con su papo de sapo y su cara de pan, se jacta y regodea con las curiosas preguntas del niño. ¡ Hay que ver qué cosas tiene este chico!, dice mientras sigue con su plática deslavazada regada con anís. Mateo pregunta si no es canibalismo que los indígenas de Papúa se coman a los monos pelirrojos y si es verdad que los que inventaron las palabras eran unos señores que utilizaban gomas de borrar de hierro o piedra. Secretamente, el niño se dice que la tía no debe de ser muy lista dado que siempre enseña los dientes y nunca responde, igualito que los monos pelirrojos. La única pregunta que sí se contesta el muchacho es que para lo único que sirve la luna es para esconder personas y demostrar lo egoísta que es siendo la única e indiscutible protagonista de la noche.


Piero Galasso