Los
veintipico, los treinta, los números del presente irán creciendo
dejando detrás artícullos desesperados y crisis mortales. Los
huracanes vienen y van desde su centro de creación. Habrá letras
malas y episodios tan negros que no se podrán tapar con una buena
copa. Habrá versos principales que conquisten mi sombra y no dejen
ni rastro de aquella malvada melancolia violeta que luchaba por
cambiar de planeta. Y llegarán los días azules en los que me
sentiré tan cómodo que me asustaré en mi colchón y saldré a por
miedos aventureros, vientos malos que no cedan ante mi inesperada
valentía, mi renovada piel de trapecista.
Ojalá
que te juntes con gente interesante, y buena. Ojalá que encuentres
las soledades más productivas y las compañías más placenteras. Lo
mejor es que ya has descubierto que existe un lugar al que siempre
puedes volver, si todo lo que viene se va por la misma puerta de
entrada. Debo aprenderme bien el mapa que me trae hasta aquí, hasta
mi tranquilidad completa, hacia mi redondez indómita que se rebela
ante entornos sofocantes o ráfagas de aire negro. Se trata de
aspirar todas las cenizas y transpirar fuegos artificiales para todos
mis compañeros de camino, todos aquellos que están aquí en el
tejado conmigo colgando sobre la maravillosa libertad de saberse
libre.
Lo
malo no deja de crecer y nada vendrá completo, envuelto en regalo
dispuesto a ser disfrutado. Las derrotas serán derrotas y las
victorias serán una cosa parecida pero más aburrida. Las luces no
están fuera sino dentro, las brújulas las tendré que orientar yo,
porque un camino no es un círculo ni una línea perfectamente recta
es mi manera de adentrarme en mis bares de palabras.
Creo
que es necesario escribir para que nadie te entienda, o leer para
entenderlo todo. Qué más da si los textos se enredan con facilidad
o rompen sus cadenas con una facilidad abrumadora. Tomarse en serio
los versos es dejar de mirar hacia la luna y verte ahí arriba
sonriendo con todas las ganas que conozco.
Los
días más importantes son aquellos que vivimos. Déjame que sea lo
que sea, aunque eso signifique reconocer que no podremos tenerlo todo
a la vez, que sólo tendremos lo que tengamos en ese momento. Y ni
siquiera eso.
Luc
Dupont.
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