domingo, 22 de julio de 2012

TEMPLO por Luc Dupont








Los veintipico, los treinta, los números del presente irán creciendo dejando detrás artícullos desesperados y crisis mortales. Los huracanes vienen y van desde su centro de creación. Habrá letras malas y episodios tan negros que no se podrán tapar con una buena copa. Habrá versos principales que conquisten mi sombra y no dejen ni rastro de aquella malvada melancolia violeta que luchaba por cambiar de planeta. Y llegarán los días azules en los que me sentiré tan cómodo que me asustaré en mi colchón y saldré a por miedos aventureros, vientos malos que no cedan ante mi inesperada valentía, mi renovada piel de trapecista.

Ojalá que te juntes con gente interesante, y buena. Ojalá que encuentres las soledades más productivas y las compañías más placenteras. Lo mejor es que ya has descubierto que existe un lugar al que siempre puedes volver, si todo lo que viene se va por la misma puerta de entrada. Debo aprenderme bien el mapa que me trae hasta aquí, hasta mi tranquilidad completa, hacia mi redondez indómita que se rebela ante entornos sofocantes o ráfagas de aire negro. Se trata de aspirar todas las cenizas y transpirar fuegos artificiales para todos mis compañeros de camino, todos aquellos que están aquí en el tejado conmigo colgando sobre la maravillosa libertad de saberse libre.

Lo malo no deja de crecer y nada vendrá completo, envuelto en regalo dispuesto a ser disfrutado. Las derrotas serán derrotas y las victorias serán una cosa parecida pero más aburrida. Las luces no están fuera sino dentro, las brújulas las tendré que orientar yo, porque un camino no es un círculo ni una línea perfectamente recta es mi manera de adentrarme en mis bares de palabras.



Creo que es necesario escribir para que nadie te entienda, o leer para entenderlo todo. Qué más da si los textos se enredan con facilidad o rompen sus cadenas con una facilidad abrumadora. Tomarse en serio los versos es dejar de mirar hacia la luna y verte ahí arriba sonriendo con todas las ganas que conozco.

Los días más importantes son aquellos que vivimos. Déjame que sea lo que sea, aunque eso signifique reconocer que no podremos tenerlo todo a la vez, que sólo tendremos lo que tengamos en ese momento. Y ni siquiera eso.


Luc Dupont.

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