martes, 7 de junio de 2011

PREGUNTA por Piero Galasso

-En sus últimos años de vida, Agniezka Pavlova era una mujer intrigante con forma de paraguas y que olía a otoño tardío, casi invierno. Recubría su cuerpo con largos vestidos de colores que recordaban a una mezcla de musgo y telarañas y por mascota portaba un sapo pestilente y no menos gigante del Amazonas.

Todas las mañanas a las 11 menos 5 minutos, Agniezka salía a pasear a su anfibio predilecto por las inmediaciones de su edificio situado en la Rue de Godard 13,a escasos cinco minutos a pie de la magnífica Grand Place, en la ciudad de Bruselas. Al sentirse observada por los niños y mayores que se la cruzaban por la mañana, entornaba los ojos y tras disfrutar internamente de la dicha del solitario, mostraba una sempiterna dentadura dorada que provocaría real envidia al pudiente Salomón.

Su particular higiene acompañada de su esbelta figura generaba opiniones dispares que alimentaban una rumorología de la cual ella se sentía exenta, como es natural. Todos aquellos curiosos nunca imaginarían que aquella extraña mujer había sido primera bailarina del Ballet de Moscú, Doctora en Química y Biología por la Universidad Estatal de Kazán, descubridora de nuevas tribus en las selvas de Brasil, apasionada mujer del antropólogo y arqueólogo Vania Orypev y autora ,entre otros artículos de investigación, del " Estudio cualitativo y cuantitativo de la decapación y torsión de la celulosa a distintos niveles" publicado por vez primera en 1823, en un semanario de la universidad anteriormente citada.

Dicho estudio no tendría fama de no ser por la casualidad de que una soporífera tarde de Marzo, asistiendo a un recital de clavicémbalo en casa de los Schömbol, Hans Germischt decidió hojear la revista de divulgación más conocida de Hamburgo, Ich mag die Gurke, donde este ávido empresario de la industria papelera reparó en el estudio de la señorita Pavlova. Rápidamente, logró ponerse en contacto con Agniezka y juntos dieron con la fórmula y la forma del papel higiénico tal y como lo conocemos hoy en día.

Un par de personas se bastaron para revolucionar un mercado que , como bien sabes, nos ha hecho la vida mucho más placentera substituyendo a las hojas de lechuga para tan íntima actividad. Y , dime, Natalita, ¿responde eso a tu pregunta sobre el origen del papel higiénico?


Piero Galasso

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