Un
camino hace ver una infinidad de otros muchos, aunque siempre aparece alguno que
te lleva a ese lugar desconocido en el que nunca has estado, no sabes jamás
donde encontrarás el desvío adecuado por lo que coger la intersección y dejarte
llevar. Conducir sin rumbo fijo hacia un horizonte lineal, aquella perspectiva
que tal vez siempre tenga el mismo sentido pero que no le encuentras un
verdadero final.
Pero
preciado consumista del ego, date cuenta
de la realidad vivida, no de la soñada, búscate dentro una profundidad
recóndita y empeña un poco tus escondidos deberes por si acaso en el nuevo
papel que te toca jugar no tienes las cartas adecuadas para conseguir el
triunfo.
Además
no creo que la opinión formada tenga que ver con las sugerencias de aquellos
que te muerden la oreja por conseguir un pedazo de tus creaciones, solo la
capacidad de formarse en el conjunto supremo de tus ideas, acariciaran un botín
aterciopelado de deseos sin obligación.
No
muestres compasión en las apetencias que necesitas, muestra obligación en tu
carácter altruista, desentraña los enredos de una forma sutíl, pero no
enmarañes las canciones que suenan en tu mente por si algún día necesitas echar
mano de ellas. Seguramente te harán falta en muchas ocasiones para averiguar
porque estás en esos momentos en un lugar nuevo, y te ayudarán a guiarte en el
camino que has elegido seguir. Todos disponen de ese conjunto de sonidos que se
escuchan cuando los sueños nos invaden, intenta guiarte con los compases bien
armados entre líneas de pentágrama aún no formados y comprenderás que el futuro
no existe porque todavía no se ha escrito.
Solrac
Siol
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