miércoles, 18 de enero de 2012

FUERZA por Solrac Siol


Una inmundicia de personas estaba pasando sin pena ni gloria en el soleado Rio de Janeiro, con no más de dos prendas en su haber, debido a las altas temperaturas que todo el hemisferio sur sufría por culpa de los gases contaminantes, los cuales en el planeta habían destruido la capa de ozono, se hallaba aquella garota morena esculpiendo su moreno a base de rayos uva.

Pero la belleza la guardaba en sus ojos, aquellos demostraban al cien por cien que la infancia en las favelas no siempre se semeja a la cotidianidad de los occidentales, en el más estricto sentido de la palabra la pobreza siempre puede tomar anhelo en sus semejantes. Y la riqueza sola consigue mitigar un poco el dolor.

Tal vez ya fueron descritos en otra ocasión los hechos que habían sucedido en la selva, pero solamente ella fue capaz de ver a través de su dilatada pupila negra todo lo que pasaba, aunque la intensa lluvia mojaba cada parte de su cuerpo, y su padre le tapaba la boca mientras ambos se escondían entre la vegetación amazónica. Lo pudo ver.No lo dejo sentir.Lo olvidó. Los narcos desvalijaban cada una de las partes de la estructura de madera, rompiendo con los martillos los huecos existentes, no quedaría nada levantado hasta que hallasen el dinero de la merca.

Menos mal que esos ojos habían crecido, y que solo el recuerdo les pudo salvar de caer muertos en aquella noche tormentosa, si bien necesitaba acordarse todos los días de esos instantes, no tenía más necesidad de verse en otra perspectiva similar, el mundo había cambiado, y ella había mudado su piel.  Copacabana también era diferente, ahora era capaz disfrutar del sol y la playa rodeada de la mejor compañía, conociéndose un poco más a si misma y viendo que la fuerza  interior que poseía superaba con creces a todo el miedo que en el pasado había podido sentir.


Solrac Siol

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