viernes, 30 de marzo de 2012

MUJER por Luc Dupont


Somos dos íntimos enemigos. ¿Somos amantes, amigos, extraños? Menos no es lo mismo que más, al menos en primavera. Más significa explotar, vencerse a la locura, sonreír, defender tu absurdamente pequeño rincón. Menos es pararme a mirar tus manos, tus líneas amenazantes, los movimientos circulares que realizas para despistar mi infantil capacidad de concentración. Mírame los pies. Voy hacia atrás, ahora hacia delante, pongo mi mano en tu cintura para continuar esta estúpida danza sin canción que saca de mí sueños casi olvidados, días de vino y deseos no concedidos.

Dicen que para conocer a una mujer de verdad uno debe saltar al vacío sin saber que está saltando al vacío. Dicen que merece la pena mostrarse vulnerable de verdad con una mujer. Dicen también que la dulzura de una mujer puede ser lo más delicioso que conozcas, y que su coraje te puede amedrentar.

El mundo no abandona su obstinada rotación porque yo no ceso de girar en torno a tí, anhelando tu piel, dibujando tus labios y mordiéndome los míos. Ver tu cuerpo desnudo me alumbra, me deja ciego de luz y desorientado, descolocado, hambriento y enloquecido, libre, extraño, puro, natural, imbécil, vivo, vivo, vivo.
Dicen que existen dos mundos, o uno. La imaginación rige todos los escenarios posibles, impone las leyes cambiándolas a cada momento, creyendo en el cambio. Creyendo en las personas. Creo en creer. Creo que los hombres poderosos son los vulnerables, los que a veces lloran y a veces ríen sin dejar de danzar por una superficia medianamente recta.

Fíjate en los ojos de las mujeres, busca en ellos los diamantes más brillantes, las calles más sucias, los días más soleados que conoces. En algunos de ellos se esconden bombas de energía, fiestas infinitas, ganas de correr como un perro suelto. Será una inyección de ilusión en tu espina dorsal y ya no tendrás miedo de nada.

El reino femenino es el país de las formas y sentimientos, el único lugar del mundo donde la cuadrada realidad no tiene nada que pintar.

Luc Dupont

lunes, 26 de marzo de 2012

MUJER por Piero Galasso

A todas mis heroínas



Se pone pensativa cuando le preguntan por el porqué de sus peinados. Me fascina la expresión que muestra cuando sus ideas se anexionan evolucionando en proyectos. Una deidad de mi tiempo. A decir verdad, la única y carnal. Nuestros antepasados no entendían de religiones ni limosnas porque adoraban la naturaleza femenina, sus formas y su fertilidad. O, al menos, eso afirman los arqueólogos de la rosa de los vientos cuando rescatan una arcaica figura de cerámica de los estratos de la madre tierra. Si es verdad o no, nunca lo sabremos a ciencia cierta, y me da exactamente igual. Mi posición de acólito beligerante y emocional se refuerza con la novedad.  La pureza ancestral de sus ojos puede con todo. La adhesión de belleza e inteligencia es un hecho para todo el mundo menos para ella. No tiene tiempo para perseguir egos y filias. Su delicia es el día a día y alegrar el momento de cualquiera que se la cruce. No piensa en ello, es así. Fenomenal axioma. Caritativa, magnífica, genialidad viral en su mundo, el mundo sin las insidiosas nuevas tecnologías. La fortuna y las personas todavía la sorprenden cuando otros se desencantan hasta de su propia suerte. Su fuerza y ritmo es el rechinar de una máquina registradora combinada con un siempre apetitoso buenos días y el ir y venir de las manecillas del reloj representa a su incansable némesis. No necesita de amarillentos papeles para recordar su historia porque es la primera y única propietaria de su memoria, si se desprendiese de ella está convencida de que aquel cuadro escondido en algún desván ganaría luz y rubicundez. Le apasiona ir a su playa predilecta, un pequeño arenal reo por magnificencia entre Perbes y Pontedeume, en el primer día de aroma y sal del año. Allí hace el amor con un peregrino Kerouac ,en busca de los orígenes de su beoda nobleza, fusionando fantasía con su propia realidad. Raudos como centellas, los celos vienen a mí porque él tuvo éxito al escribir sobre sus ebrios viajes y yo sólo tengo éxito cuando viajo. Estúpidos e incomprensibles celos, lo sé, pero alguna versión de Hemingway y yo coincidimos en esta reflexión. Al rato, con los cabellos vilipendiados por el viento y la imaginación, medita sobre las posibilidades de encontrar su propio satori en la herrumbre de sus emociones analógicas. A su edad, siempre me dice, ya se ganó el derecho a dejar de perseguir imposibles y de rodearse de personas que destaquen por ser precisamente eso, personas. Entendía de acordes y desacuerdos, vivía abonada al matasellos de turno y una carta que me escribió hace años ocupa el primer podio en la literatura frugal, frutal. Desearía no decepcionarla si pudiese ver aquel en el que me he convertido,pas mal chérie. Nace y muere en mi recuerdo cada vez que se enciende una nueva chispa. El día que deje de estar maravillado con ellas romperé mis bolígrafos, quemaré mis sombreros y me arrancaré los ojos, cuya única utilidad verdadera es la contemplación de su divinidad.


Piero Galasso

viernes, 23 de marzo de 2012

MUJER por James Duluth


Siempre será el elemento imprescindible. Su mirada en el metro a las 8 de la mañana arregla un despertar de cien mil demonios y , desde ese momento, convierte al hombre en buscador avezado de lo que ya se esfumó, aunque siempre quedará grabado en el recuerdo. La pureza de sus movimientos convierte en antológico lo cotidiano, en fundamental lo usual. Ellas no saben que cuando su belleza está en apogeo es tras el sueño impío, totalmente limpias de artificialidad en rostro y cuerpo. Muchas necesitan modificar en exceso su lienzo para sentirse atractivas pero con solamente una línea de expresión ya ostentan el poder de  detener el tiempo a su paso. No me gusta que acercarme a una mujer sea lo mismo que tumbarme en un banco recién barnizado. Las pequeñas taras faciales les dan identidad y las dotan de verdad, de tiempo. Me resulta incomprensible escuchar o leer comentarios de seres humanos despectivos hacia las mujeres, como si ellas fuesen las responsables de su infelicidad individual provocada por mujeres en particular que les tomaron el pelo y jugaron con sus sentimientos. En su maldad tambien son adorables. 


James Duluth



domingo, 18 de marzo de 2012

LUGAR por Marcel Bresteau

Qu'il serait agréable de pouvoir se téléporter. Certaines personnes passent leur vie à se chercher. Je pense que ces gens-là cherchent surtout un endroit ou ils puissent se sentir bien. Qu'ils puissent vivre sans se demander où ils seront demain, car le lieu dans lequel ils ont fait escale apporte leur apporte une entière satisfaction. Certains sont fait pour vivre au soleil sans se soucier des problèmes financier et politique de la société. D'autres sont faits pour les grandes villes. La vie monotone qu'ils menaient jusqu'à présent se sentant bouleversé par la luxure, la rapidité et la facilité si complexe des capitales. Certains ont eu la chance de pouvoir grandir dans l'endroit qu'il leur était destiné. La question du lieu ne s'est jamais imposée à eux. Cependant, il existe certaines personnes dans le monde pour qui il serait indispensable de pouvoir se téléporter d'un lieu à un autre sans devoir passer les portes de sécurité et faire face à des turbulences interminables à 5000 mètres d'altitude. Simplement pour pouvoir être entièrement satisfait.

Puisque dans la vie il faut être responsable et ambitieux, tout le monde se plie à la règle du « parcours professionnel ». Mais la société et les politiques de nos jours oublient que la vie personnelle joue un rôle plus qu'important dans le roulement du monde. Michel Hazanavicius n'aurait jamais fait revivre le cinéma hollywoodien des années 50 sans sa compagne Bérénice Bejo. De même, Nicolas Sarkozy n'aurait jamais gagné les élections sans sa vénale de femme Carla Bruni à ses côtés. Alors, même si la vie privée de certaines personnes ne font que nuire à celle des autres, il est évident que le cocon dans lequel nous vivons a un impact direct sur le monde et son fonctionnement.

Du coup, nous sommes en droit de nous demander ce que deviendront les personnes qui ne peuvent être à deux endroits à la fois. Comment assurer dans sa vie professionnelle à un endroit, alors que le réconfort nécessaire à toute motivation se trouve dans un autre ? Que deviennent les personnes, à qui, deux lieux distincts ont été attribués ? Quel chemin choisir entre celui du rendement et de l'amour ?




Marcel Bresteau

lunes, 12 de marzo de 2012

LUGAR por Piero Galasso

Es uno de esos grandes valores residuales. Estás aburrido y tirado en el sofá, viendo la ruleta de la suerte y de repente ¡click! te encuentras en París, salvaje y sólo, detrás de la Catedral de Notre dame disfrutando del ritmo de una banda callejera e intercambiando miradas con una morena titubeante a la que parece que le gusta el Jazz. Sonríe. Es la señal, el tiempo sólo está permitido perderlo cuando juegas de local. En tu cancha te gusta manosear la pelota, darle vueltas, intentando encontrar una jugada perfecta que jamás se diseñará ni en esas coordenadas ni en esas latitudes. De visitante, como de costumbre, Adelante Bonaparte. Cualquier detalle es más excitante y la calidad convierte en risible cualquier comparación. Las miradas se convierten en vino y cigarrillos y, súbitamente,  un beso impresionante emerge en una ribera del Sena y tiene el sabor que alguna vez te imaginaste que tendría la música. La espontaneidad del momento te engaña consiguiendo que te sientas feliz por haber escogido ese camino , por pararte por el son de la música, por nutrirte del vitalismo de esa mirada. Lozanía masculina y belleza femenina fundiéndose para confirmar lo que ya sabíamos, compadre.

Es fantástico cuando todavía puedes transportarte a tus recuerdos más recientes. Es como  retomar inconscientemente una situación o diálogo de un libro pero en otro nivel porque , en fin, ahí eres personaje de tu propia historia vívida. Sólo es comparable a colarte en la realidad de otras personas mientras disfrutan en la plenitud de su frescura siendo atractivos y felices, enérgicos y sexuales. Ser el espectador, con derecho a la palabra, de lo que sus bocas y cuerpos transmiten rabiosamente extenuados y encantados de conocerse los unos a los otros. Los días de tragedias griegas y bacanales romanas ahora tienen auténticos protagonistas que se llevan mi admiración.  No more J D, mate, at least till the next one.

Nunca me verás detrás de una cámara de fotos robando el alma de cientos de transeúntes cada vez que me desplazo cientos de kilómetros de la hoja de ruta de mi rutina. En cambio,  sí me verás con un lápiz entre mis dedos imaginando lo que ocurre en la cabeza de la persona que va sentada a mi lado en aquella parada de metro o en que diablos pensaba aquel individuo que se dedicó a llenar de huevos multicolor la gran urbe. Me encantaría tener memoria fotográfica para las imágenes y recordar todas las caras que me han impactado en todas y cada uno de mis viajes. La última la tengo , preciosa, grabada sonriente entre notas musicales cual solemne muesca en mi revólver. No intento batir el récord mundial de visita a más monumentos en menos tiempo en una nueva ciudad. Lo hice y me harté. No sumo kilómetros para después retornar con ganas de  relatar y contar. No. Cualquier historia nueva, olor, cuerpo, forma y sabor se queda encerrado para la eternidad en las cabezas de la gente que lo compartió conmigo y yo. Lo maravilloso de ese momento irrepetible es que si se convierte en comentario manido muta precisamente en eso, algo repetido y manoseado que no interesa ni tan siquiera recordar. Me gusta arrancarme mi antigua piel y dejarla donde pasé mis últimos grandes momentos y transformar ese recuerdo en nuestra particular fórmula de la Coca Cola entre todos los actores protagonistas de mi último sainete. Como un niño pequeño que tuviese acceso a los pocos beneficios de la edad adulta. Volver a entregar a la farsa el valor jocoso y prohibido que siempre tuvo. Ahora , que soy más viejo, menos domesticable y todo lo estúpido que el enorme tiempo me permite,  los mapas me los coloco bajo las plantas de mis pies, me los como, me los bebo y alimento con ellos el incendio de mis deseos.


Piero Galasso

LUGAR por Luc Dupont.

De todas mis ciudades, Londres es mi única confidente. Hicimos un trato que ninguna de las demás jamás conocerá; todo sería malentendido y mis caricias semejarían puñaladas. Todo tiene que ver con los kilogramos de miedo y las toneladas de locura que fluyen por dentro de mis distintas pieles. Miedo a esta ciudad nunca le tuve pues nunca se ensañó conmigo: no decidió aplacar mi estupidez con realidad.

Si te quiero abrazar me acerco a tu puente arácnido que conduce a esa fábrica de sueños modernos y antiguos. Mientras cruzo el río entre tus piernas la multitud que me cruzo me regala color. El calor se buscará más tarde en lugares ambientados en nubes etílicas. Nadie vino aquí a llevar vida de domingo, no puedes parar de empujarme por tus calles casi perfectas.

En Londres uno no puede ser uno, la mentira se practica a base de talento e insistencia. Lo más delicioso es que a base de fingir a diario uno acaba llegando al orgasmo de conocerse a sí mismo con el juego de los contrarios.

Vender hamburguesas, ser hombre anuncio o poner copas a malnacidos no deja heridas si puedes perderte en universos paralelos a golpe de Victoria Line. Lo único amargo es la sensación de vértigo. No se preocupen, aquí cuando uno se muere está obligado a renacer; ventajas de vivir en burbuja y no en cemento.

Si eres un soñador, un tipo con aires de bohemio, un cualquiera cansado de ser él mismo; vente a Londres. Escápate sin dejar señales. Que las alas te lleven siempre alto, no tengas miedo a morir de soledad, pronto encontrarás el secreto de la vida encerrado entre dos piernas carnosas o una cabeza activa. Con esta velocidad sólo nos podemos matar, pero es la mejor manera de respirar.

Sigo siendo pequeño por enormes que sean las ciudades, el tiempo no deja de recordarme que el lugar no importa.

Qué quieres que te diga, Londres sigue siendo lo más parecido a una buena canción que conozco.


Luc Dupont.

jueves, 1 de marzo de 2012

VIRTUD por Luc Dupont

Luna ya no tiene prisa por llegar a ningún sitio. Poco a poco ha descubierto que el tiempo se escapa más rápido cuando lo intenta atrapar; sus pies han disminuido la velocidad y sus ojos aprovechan para fijarse más en las miradas que cruza. La ansiedad se va quemando en pequeñas hogueras y sólo deja cenizas que van viajando por donde el viento quiera. Esa espiral nerviosa se va desvaneciendo, la bendita calma le persigue mientras se deja atrapar; siempre fue una chica fácil, nunca vendió su piel. Hace tiempo que no se disfraza por carnaval.

Después de pelearse con todos sus estilos siempre gana su elegancia marca de la casa; resulta imposible imitar cualquiera de sus gestos originales. Quien quiera repetir esa sonrisa tendrá que conformarse con su estela en mi espejo retrovisor. 


El arte de convertir en fácil lo difícil es una de esas cosas que me prometí aprender de tí. Dejar que el sol aparezca y nos deje a los dos sin razón es lo que quiero hacer contigo. Entre tú y mi libreta derrocharé todo el tiempo que tengo sin ningún tipo de remordimiento.

No me apetece hablar más, sólo quiero volar aquí sentado. Mi capacidad de evasión ante realidades no tan divertidas como me imaginaba no cesa de sorprenderme. Con esta cara de colgado de algún sueño no pretendo entrar en otras dimensiones, me abrazo a mi cálida duda y me duermo entre mis pequeños amigos los complejos que no quieren dejarme libre por fin. Todos caeremos como moscas en estos tiempos de huracanes financieros. A veces preciso de una transfusión de sangre para poder besar el polvo con garantías de no perder la bendita locura que inunda mis venas y pone mi corazón en funcionamiento redondo.

Escribir para darle el gusto a mis miedos de esparcirse y emborracharse con mis ángeles, que bailan tan bien. Escribir para no decir nada y esperar que las palabras se ordenen por sí solas cuando nadie las ve.


Luc Dupont.