sábado, 28 de abril de 2012

DISFRAZ por Lus Dupont

¿Por qué intentar parecerse a algo que no eres? ¿Por qué escapar cuando tienes la maravillosa dulzura de la imperfección por escribir en este papel? ¿Por qué no dejar que me enseñes a bailar un momento en la cocina? Te encanta lucirte, tienes el don de intoxicarme; eres un bicho y quieres morder. 


Escribir un texto como tocar una canción es intentar conseguir que las líneas se tensen como las cuerdas de la guitarra, y al final la letra siempre deja en ridículo a la melodía. La estructura del relato sin argumento delira y tirita mientras la piel o el alma o como coño se llame va volando en círculos de viento. 

La inspiración se trabaja y se transpira, como se respiran las notas que vas escupiendo de tu maldito corazón.En el colegio me dí cuenta de mi perdición. No importa lo que piensen mis compañeros de recreo si me quedo embobado mirando tu silueta. El fútbol no es lo mío, he fallado el penalti decisivo por tus caderas, nunca podré ganar dinero dibujando regates en un césped. Lo mío es hacerte reír.

Por favor, tararéame la letra de aquella canción tan normal. Aquella que olía a una estación próxima al otoño, cercana al mar. Las mismas viejas historias, las miradas que me hicieron ser quien era y ya no soy. Todo eso lo quiero hoy aquí en mi rincón, con mi grupo de cómplices y compañeros perdidos por el camino. Y mi botella de ron. Grita tan fuerte que no te oigan. Despierta mi olvidada pasión por todo.

Sólo quiero tener historias que contar, no importa si el hilo se pierde justo al entrar en la aguja; el caos es el orden de mi baile. Quiero seguir bailando sin saber, besando sin pensar, amando sin prometer. 

Dame algo que decir y te daré lo que quieras.

Luc Dupont.

miércoles, 25 de abril de 2012

DISFRAZ por Piero Galasso

*(Asesinar a mi propio duende no es un buen título para una canción. Es cierto y es aquello que ocurre cuando se deja de hacer la actividad que activa y alimenta tu intelecto. Los lunes dejaron de ser lacónicos desde que la felicidad ocupa una hora y media de los mismos evocando deseo y libros de sexta mano perennes en el juvenil recuerdo de los que me acompañan. Y es que todo está impregnado de sexo. Se acabó, qué lástima. Bueno , me subo. Esta mañana en la panadería...)

Ella llegaba todos los días sobre la misma hora a la puerta de su edificio, en el 45 de la Avenida República Argentina, apurando las últimas bocanadas de humo de su inseparable dispensador de toxinas. Es curioso como los fumadores asignan cigarrillos a algunas de sus acciones diarias y transcurrido un tiempo, son elementos inamovibles de sus amarillas vidas. Pues bien, ella no era una excepción y todos los días laborales aspiraba profundamente con gesto meditabundo pensando en todo * y expresando la nada con su mirada. Quien sabe, si mientras ella consumía su catorceavo cigarrillo del día entre las paradas de metro de Lesseps y Vallcarca, no habría algún desalmado excitándose con su vicio y sus filias atraído por la rutina diaria de una desconocida.

Las personas que se dedican a contemplar a otras a través de sus ventanas , además de remitirme a Arturo Lombardo Cuíña, me generan un torrente de preguntas que estaría fascinado si me las supieran o pudiesen contestar. Me zambulliría durante horas en sus malsanas mentes como el niño que juega a David y Goliat usando como honda el esférico y tomando por gigante un muro recebado cualquiera. Los seres humanos son interesantes cuando se desmarcan del camino de baldosas amarillas volviéndose Totos que se meriendan las medias de Dorothy. Fascinante el hombre y su falta de estabilidad. ¿Qué pensaría uno de estos individuos voyeurs si él mismo fuese objeto de deseo de otro perturbado de ventanal?. ¿Estallaría su ego a causa de la paradoja o remataría sus días con total y aparente normalidad?. Preguntas sin respuestas. 
Las primeras surgen por supervivencia y las segundas agotan a las primeras y los roles comunicativos desaparecen y como resultado la atención de uno es arrancada por el poder verbal del otro del mismo modo que el tiburón es levantado del mar a manos de un parco y deteriorado lobo de mar. Lo pescecane non è più forte del vecchio.

Cualquier historia es atractiva si los dientes en los cuales reluce han sido convenientemente acicalados con credulidad.


Piero Galasso

viernes, 13 de abril de 2012

DISFRAZ por James Duluth

Desde muy pequeña, Marcela opinaba acerca de cualquier tema con tanta inocencia como certeza. Las palabras se balancean en su campanilla y se propulsan hacia el rostro de su interlocutor provocando melosos sopapos sonoros. La conversación la enardece y su afán por encontrar calidad en la misma choca con la abundancia de peroratas sobrealimentadas. 
Asimismo, la intriga el arte de escuchar y saber diferenciar entre las personas, aquellas que realmente tienen algo que decir, como su abuelo paterno Rodolfo Valiente, también conocido como Foucellas, quien en tiempos de guerras entre hermanos, se disfrazaba de cura para ir al estadio del Deportivo de A Coruña como un ciudadano deportivista más. De valientes con rostro está el cementerio lleno, miña neniña, decía Foucellas quien todavía cuenta con algún que otro admirador aunque aterrorizaba a los aldeanos de una región tan marginada como optimista dejándolos sin gallinas, pan ni siquiera un ideal al que agarrarse. Tanto nacionales como maquis se alimentaban del sustento de los mismos campesinos. Hermanos mordiéndose las manos los unos a los otros. 
Pero Marcela no contemplaba un icono de la guerra civil española, ella escuchaba al padre de su padre cuando ,alrededor de la lumbre y después de colocar su mosquetón, hoy expuesto en el Museo Militar de A Coruña, ejercía de maestro ignífugo de ceremonias alegrando a toda la familia con ficción de trincheras.


James Duluth