viernes, 13 de abril de 2012

DISFRAZ por James Duluth

Desde muy pequeña, Marcela opinaba acerca de cualquier tema con tanta inocencia como certeza. Las palabras se balancean en su campanilla y se propulsan hacia el rostro de su interlocutor provocando melosos sopapos sonoros. La conversación la enardece y su afán por encontrar calidad en la misma choca con la abundancia de peroratas sobrealimentadas. 
Asimismo, la intriga el arte de escuchar y saber diferenciar entre las personas, aquellas que realmente tienen algo que decir, como su abuelo paterno Rodolfo Valiente, también conocido como Foucellas, quien en tiempos de guerras entre hermanos, se disfrazaba de cura para ir al estadio del Deportivo de A Coruña como un ciudadano deportivista más. De valientes con rostro está el cementerio lleno, miña neniña, decía Foucellas quien todavía cuenta con algún que otro admirador aunque aterrorizaba a los aldeanos de una región tan marginada como optimista dejándolos sin gallinas, pan ni siquiera un ideal al que agarrarse. Tanto nacionales como maquis se alimentaban del sustento de los mismos campesinos. Hermanos mordiéndose las manos los unos a los otros. 
Pero Marcela no contemplaba un icono de la guerra civil española, ella escuchaba al padre de su padre cuando ,alrededor de la lumbre y después de colocar su mosquetón, hoy expuesto en el Museo Militar de A Coruña, ejercía de maestro ignífugo de ceremonias alegrando a toda la familia con ficción de trincheras.


James Duluth

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