miércoles, 25 de abril de 2012

DISFRAZ por Piero Galasso

*(Asesinar a mi propio duende no es un buen título para una canción. Es cierto y es aquello que ocurre cuando se deja de hacer la actividad que activa y alimenta tu intelecto. Los lunes dejaron de ser lacónicos desde que la felicidad ocupa una hora y media de los mismos evocando deseo y libros de sexta mano perennes en el juvenil recuerdo de los que me acompañan. Y es que todo está impregnado de sexo. Se acabó, qué lástima. Bueno , me subo. Esta mañana en la panadería...)

Ella llegaba todos los días sobre la misma hora a la puerta de su edificio, en el 45 de la Avenida República Argentina, apurando las últimas bocanadas de humo de su inseparable dispensador de toxinas. Es curioso como los fumadores asignan cigarrillos a algunas de sus acciones diarias y transcurrido un tiempo, son elementos inamovibles de sus amarillas vidas. Pues bien, ella no era una excepción y todos los días laborales aspiraba profundamente con gesto meditabundo pensando en todo * y expresando la nada con su mirada. Quien sabe, si mientras ella consumía su catorceavo cigarrillo del día entre las paradas de metro de Lesseps y Vallcarca, no habría algún desalmado excitándose con su vicio y sus filias atraído por la rutina diaria de una desconocida.

Las personas que se dedican a contemplar a otras a través de sus ventanas , además de remitirme a Arturo Lombardo Cuíña, me generan un torrente de preguntas que estaría fascinado si me las supieran o pudiesen contestar. Me zambulliría durante horas en sus malsanas mentes como el niño que juega a David y Goliat usando como honda el esférico y tomando por gigante un muro recebado cualquiera. Los seres humanos son interesantes cuando se desmarcan del camino de baldosas amarillas volviéndose Totos que se meriendan las medias de Dorothy. Fascinante el hombre y su falta de estabilidad. ¿Qué pensaría uno de estos individuos voyeurs si él mismo fuese objeto de deseo de otro perturbado de ventanal?. ¿Estallaría su ego a causa de la paradoja o remataría sus días con total y aparente normalidad?. Preguntas sin respuestas. 
Las primeras surgen por supervivencia y las segundas agotan a las primeras y los roles comunicativos desaparecen y como resultado la atención de uno es arrancada por el poder verbal del otro del mismo modo que el tiburón es levantado del mar a manos de un parco y deteriorado lobo de mar. Lo pescecane non è più forte del vecchio.

Cualquier historia es atractiva si los dientes en los cuales reluce han sido convenientemente acicalados con credulidad.


Piero Galasso

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