miércoles, 30 de mayo de 2012

HASTÍO por Piero Galasso

Saúl era un ciudadano respetuoso con el medio ambiente que sólo quería despertarse por las mañanas de buen humor. Nada más que eso, dirá el simplista. El hombre ansiaba ser el poseedor matinal de esa dosis extra de energía que tienen las personas vivaces y que tienen como obligación restregársela al resto, se decía Saúl. Él se esforzaba,  tarareaba la canción más vitalista y rítmica del mundo y nada, su rictus delataba mala baba de despertador en abundancia. 


Buscaba despertarse un día al alba, separar las cortinas, y no tener que ponerse la mano en la cara con expresión de disgusto porque el sol lo cegaba,no, le gustaría ser uno de esos seres que exclaman en tal situación:  ¡¡¡mi día es un gran día porque hay sol!!! y lo gritan a los 4 vientos y van flotando por la calle como si las aceras fuesen camas elásticas que los empujan a su estupendo día donde serán entusiastas de eso que llaman vivir. Que palabra tan absurda para llevar a cabo una experiencia de tal calibre como es la vida. V-I-V-I-R. En estos pensamientos  estaba sumido Saúl mientras desayunaba su café con leche doble en la cocina de su apartamento, cuando un ruido de objetos golpeando el suelo lo sobresaltó acrecentando su, digamos, difícil  temperamento de primera hora. Somnoliento, confundió la estridencia con un sonido proveniente del piso de al lado, habitado por una familia de cinco. Cual fue su sobresalto cuando escuchó unos pasos a la carrera que se dirigían hacia su cocina. Con apuro, se atragantó con la galleta que estaba a punto de tragar y la regurgitó generando una expresión en su rostro clamorosa y ,tras ello, su figura permaneció en una postura de lo más lamentable para cuando se produjo el encuentro con la inesperada visita.

- Hola, buenos días. Disculpe el alboroto caballero, ¿Es usted Ramón Fajafría Pisto?. Demandó el extraño con la mejor de sus sonrisas.

-¿Qué dices? ¿qué Ramón? ¿cómo coño entraste en mi casa?

-Vamos a ver, ¿No este el 3º B del 21 de la calle de la alegría?

- Sí lo es pero que ostias...

- Disculpe, le agradecería que no empleara ese lenguaje tan poco delicado. Gracias. Me han comunicado que ésta era la vivienda del Sr. Fajafría y si usted no responde al nombre de Ramón significa que o bien mis fuentes han errado, lo cual no ha sucedido jamás, o me está mintiendo y debe saber que me produce una enorme desazón la falacia mañanera, ¿entiende usted?. Además, se lo he preguntado con toda la educación que dispongo a estas horas del día...

- ¡No soy Ramón y quiero que te vayas de mi casa ahora mismo o llamo a la policía!

- Haga el favor de calmarse Ramón y...

- ¡YO NO ME LLAMO RAMÓN! ¿CÓMO QUIERES QUE TE LO DIGA? Y ¿QUIÉN ERES TÚ Y QUE QUIERES DE ESE RAMÓN?

-Le repito que estaría muy complacido si se comportase como un individuo respetable en mi presencia. Me explico,he venido aquí a matarle porque...

- ¡AH! ¡Puto loco!- aulló Saúl arrancando en carrera despavorida hacia la salida agitando todas sus extremidades.

El otro individuo, resignado y sin perder la calma por un instante, se interpuso en su camino de manera sutil pero firme arrastrándolo a la silla para continuar con su explicación. A partir de este momento, Saúl comenzó a emplear el trato de cortesía, no sabemos si influido por el pánico o por una fulminante subida de educación en su riego sanguíneo.

- Soy el director de una orquesta filarmónica y hemos perdido a nuestro mejor violinista. Bueno, en realidad, no lo hemos perdido en el sentido mortuorio de la palabra, lo que aconteció es que su cabeza sucumbió a las llamas del delirio y ha decidido trasladarse de nuestro totalmente acondicionado ático al cuarto de calderas del sótano porque no está de acuerdo con el tratamiento que damos a nuestra sección de cuerdas y dice que no quiere volver hasta que se respete su decisión de ser el mejor violinista del mundo. Para nosotros ya lo es, aunque no se cansa de repetir que usted, el violinista  gitano Fajafría, del que casi no hay noticias ni siquiera fotos o grabados porque en serio, ¿un violinista gitano?- ríe con fuerza- perdone que me descuajaringue, no es por ofender, es que la existencia de un virtuoso violinista gitano supera la más absurda ocurrencia de mis imaginaciones presentes y pasadas. En síntesis, el muchacho lo proclama a usted como el número uno en tal arte y, verá, de este modo su autoestima disminuye por el pavor de creer que  ,mientras usted esté vivo, nosotros iremos a contratarle a su primer error en un recital cualquiera. En tal situación, él no podría vivir con la carga y se suicidaría, poniendo fin a  su tormento y todas esas monsergas. ¿Por qué ustedes los violinistas son tan volubles?. ¿Será por respirar durante tanto tiempo el olor del barniz del intrumento con el cuello en mala postura?. Es algo que turba mis cavilaciones y me ha llevado hasta aquí esta mañana para asesinarle. ¡Qué cosas!.

- Pero.. pero... yo me llamo Saúl Desflores Paciente y no soy violinista, soy ortodoncista en la clínica Dentalmint de la calle Estrella.

 En este momento del coloquio, cualquier atisbo de tranquilidad o cordura comenzaba a huir por la boca de Saúl como pequeños gritos mudos inaudibles para el extraño, pero no para él mismo.

- Pruébelo- Ordenó el director a Saúl quien corrió a por su identificación

- Aquí tiene.

- ¡Repámpanos! Disculpe mi improperio, pero que situación más convulsa, ¿no le parece? Mis fuentes no se habían equivocado en la vida. Contamos con un fantástico personal al mando de un centro de reclutamiento sin igual, aunque en este tema es realmente dificil dar con la persona del maldito gitano con la afición más diametralmente opuesta a su raza. Es evidente que este tema a usted ya no le compete ,Sr Desflores, y ruego me perdone por haberle interrumpido en su ingesta matutina. Ahí van 5 euritos por las molestias y el estruendo- dijo extendiéndole el billete a Saúl, quien con cara de párvulo, lo recogió entre dos dedos-. No se levante que ya me guio yo a la salida, ¡estos pisos de hoy en día son como cajas de zapatos!. ¡Hala!, ¡Buen día y a seguir bien!!. Dijo desapareciendo ipso facto.

Desde aquel día Saúl se levanta con miedo a toparse con algún malhechor en el salón y como nunca se encuentra con intrusos , al menos en su casa, todos sus días son el mejor día de su vida.


Absurdo, ¿verdad? Más disparatado es erguirse de mal genio todas las mañanas y no disfrutar de la vida con la energía y las ganas que se merecen. Eso sí que es descabellado.


Piero Galasso

lunes, 28 de mayo de 2012

MARCA por Luc Dupont.


Siempre, en el medio de mis múltiples vidas más perrunas que felinas, me prometí que independientemente de lo bien que lo estuviera pasando, en la próxima no malgastaría ni un segundo recordando los fuegos artificiales de la noche anterior. Me juré que, cuando me entrase esa melancolía que abraza los huesos, me subiría a los tejados a hacer cualquier cosa menos permitir que mis lágrimas sean de dominio público.

Ya sabemos, compañeros de salidas nocturnas, que se terminará nuestro deambular por las esquinas abriendo las tapas de la basura en busca de una buena espina de lenguado, que uno siempre termina añorando a camaradas prematuramente jubilados. Siempre les intentamos convencer con un por los viejos tiempos, pero todo es ya aire de cenizas, y mejor no ponerse el pasado como abrigo para un lunes más bien frío. Cuando ya no tienes ases ni treses en la mano, es mejor dejar que otro se lleve las bazas poniendo la mejor de las caras posibles. Aunque tengo un problema, y es que yo sólo sé poner cara de culo ante los triunfos de otro. Yo lo hacía peor, pero con más estilo, compadre.


Por eso me meto el rabo entre las piernas y con aire de desdén me paseo las calles en medio de un silbido deshilachado que pide compañía a gritos. Voy mirando de reojo a las esquinas no vaya a ser que me encuentra en algún portal algún recuerdo olvidado al que meterle mano. Ninguno de ellos consiguió hacerme olvidar a los demás.

Tenemos pendiente la conversación sobre si merece la pena vivir sin hacerse ovillo en el pasado, si no hubiera sido mejor quedarnos mirando el mundo por la ventana de los creyentes. Nos hubiéramos evitado penas y excesos, amarguras que no nos hacen más sabios ni atractivos ante los ojos escrutadores de las señoras que habitan el mercado.

En la plaza del pueblo, donde un día me trajeron tus caderas, me permito el exceso de soñar. Soñar sueños rotos pero divertidos que me hacen recordar la segunda cosa que me prometí en mi primera vida.

Lo mejor está por venir.

Luc Dupont.

jueves, 24 de mayo de 2012

MARCA por Piero Galasso


Desplazarse por las letras regaladas sólo es algo comparable a la satisfacción de toparte con una nueva y buena persona. Aquellas que no se encuadran bajo ninguna clasificación de género sino como alguien que te provoca cuestiones relevantes para con tu transformación vital. Desaparece la sexualidad y sólo permanecen un cerebro, palabras y dientes. Vendrían a ser como el rebelde haz de luz que se cuela por una rendija en una habitación a oscuras y gracias a él , conseguimos ver el polvo con más claridad, amén de conseguir despertar la oculta policromía de la estancia.

Uno se contempla desarmado de argumentos cuando uno de estos magníficos seres decide regalarme un libro, el cual es un acto delicioso que envuelve deseo de agradar y conocimiento mutuo. Es papel y palabras e historias pero para siempre serán el papel, palabras e historias de esa persona y mías. Un libro es un lazo de unión de los sentimientos de 2 personas a través de los cuentos que un tercero escribió durante meses  casi rozando la locura obsesiva del que lleva a cabo una tarea macanuda como la de inventarse un mundo entero nuevo.

En otro tiempo y en otra época, una de las personas más completas, interesantes y fascinantes que jamás haya conocido en mi vida, llamémosla Espuma , tuvo a bien ofrecerme un libro de Boris Vian, con dedicatoria suya, no del francés, y me abrió los ojos. Cambió mi modo de ver a las personas que por h o por b azarosamente se cruzan en mi camino.

Determinadas personas emplean colores, olores o canciones para asociarlas con otras y crear así un pequeño universo entusiasta de las grandes personalidades que han marcado y todavía marcan desde la distancia. Yo los catalogo por generaciones, aunque bien podrían haber sido ciudades. De entre ellas, la generación del 27 se lleva el podio, los laureles y las fanfarrias.

Éramos unos muchachos que nos encontrábamos en el mismo momento de duda y hambre. Nos golpeamos intelectualmente eliminando comportamientos absurdos puliendo unos cerebros que necesitaban exceso en locura, genialidad, multiculturalismo y mujeres. Vivíamos la vida como se tiene que vivir cuando se tiene 20 años, de un modo desmesurado y vertiginoso aunque alguno de nosotros otorgase altas dosis de disciplina a sus puños pelados. El resultado de aquel cuarteto es el dominio de infinidad de palabras y comportamientos, un respeto que roza lo enfermizo y amistades irremplazables. Ése es mi maná y si lo comiese todos los días de mi vida sería el obeso mórbido más feliz del cementerio.

No era cuestión de discípulos ni maestros, aquel escritor cubano falló con respecto a nuestra generación, dado que éramos los folios en blanco de un escritor despistado que tenía su talento cautivo en vidrio mas no encontraba de ninguna manera el método de empujar las palabras hacia el cuello de la botella. Cuando lo logró, se nos bebieron en brindis.

De ahí a cumplir sueños y metas crecimos como la rabia del violento en tanto que las 4 esquinas de aquel cuadrado primigenio son ahora las cuatro puntas de un rectángulo geográfico repartido entre cuatro ciudades europeas. En ellas, cada uno de nosotros se encuentra haciendo lo que realmente deseaba aunque bien es cierto que desearíamos hacer lo que fuera que hiciesen los otros 3. Así, el ansía improbable de visitar la mitológica Fiorino, sucumbe ante la satisfacción de saber que los chicos están bien y que no forman parte estática en ningún muro anónimo.

Sus conquistas son mis éxitos y aquí relato gustoso los hedonistas e iconoclastas orígenes de la generación del 27 que en los cafés de la ciudad de Fiorino, dulcificaban la juventud dando tragos  entre sonrisas fugaces y noches aceleradas.


Piero Galasso

miércoles, 23 de mayo de 2012

MAYO por Luc Dupont.

Curioso caso el del señor X. En mi carrera como oculista jamás había tenido un paciente similar. Ateviéndome a decir que no se conocerá un episodio semejante hasta dentro de un largo tiempo en esta ciencia, deseo hacerles llegar algunas anotaciones que espero puedan servir de ayuda a la hora de encontrar una base para clasificar esta anomalía ocular e identificar sus síntomas y causas. Anomalía que por cierto podría llevar mi nombre como reconocimiento a mi labor si es que ustedes lo estiman oportuno. 

Conocí al señor X la tarde del 2 de Mayo en mi afamada consulta de la calle Lepanto. Lo primero que me llamó la atención fue el color de su atuendo, ya que vestía completamente de amarillo. Daltonismo, pensé. Nadie escogería vestir de amarillo en su sano juicio. Le hice tomar asiento, y sin medias tintas, se lo espeté.

-Daltonismo

-Señor, si mi problema según usted es que soy daltónico, pienso que usted sufre un severo astigmatismo- me contestó el tal X.

-¿Astigmatismo dice?

-Sí señor, ¿acaso no me reconoce?


Ante esa pregunta, en mi mente se formaron torbellinos de palabras y una mezcla de sensaciones punzantes que casi consiguen tirarme de la silla. Fue el olor, ese aroma que recordé de repente, el que me hizo ponerle lugar a aquel hombre en mi imaginario particular.

-¿Qué has venido a hacer aquí?- le pregunté

-He venido a recoger todas las cosas que no me diste y que me merecía. No me voy a ir de aquí sin los besos, las miradas, las caricias y las palabras que me debes. No tenías escusa para no dármelas, he venido a recoger todo lo que es mío. 


Después de decir esto, el señor X se subió a la mesa de mi despacho y abrió la boca. Abrió una boca tan grande como nunca había visto; y, con un sonido agudo medio irritante, comenzó a provocar una especie de huracán en el despacho. Comenzaron a volar los papeles, las carpetas, la planta; y todo se iba acercando en círculos a su enorme boca. Yo me agarraba a mi silla con todas mis fuerzas para no ser arrastrado por aquel vendaval. Pero fue imposible. La fuerza de aquel individuo fue aumentando y pronto mis dedos se despidieron de la silla para verme volar por la habitación hacia la súper boca. 

Cuando me desperté a las pocas horas, sin un gramo de energía en mi cuerpo, me prometí a mí mismo no volver a dejar pasar un mes sin dar nada de mí. No vaya a ser que vuelva el mes de abril a recuperar lo que es suyo.


Luc Dupont.

jueves, 17 de mayo de 2012

Mayo por James Duluth


The whole world is crowded with idiots bended over their cell phones wasting time on the internet instead of saying hi to their neighbours, family or related people. How the heck did we let them screw us this way? I mean,it´s not just a matter of respect to the social conducts of the last 2 or 3 past centuries , somehow,  it also shows us how the future is going to be and i don´t know if that can bring success to any form of human society.

For example, if one government proclaims a new law against the rapture of the little kangaroos down in north Riverin, Australia, there is going to pop-up one person, no matter which gender, behind the laptop´s screen writing about that despicable law in a forgettable blog. That is nice and everybody knows , problem is that this persons will feel reliefed after doing that extremely complex action . Revolution will not be televised or tweeted. You guys must know.

You switch on the TV and you hear from the mouth of a respected and awarded journalist that Marck Zuckerberg is the most important person of the year, THE most significant guy owns information of 900 million persons. Ok , the point is clear, the guy rules due to his knowledge of the whole bunch of lambs that update their status and like and relike the same crap once and again once and again. The question is:  how those tools of social interaction are bringing some help to the world? When did the action of throwing our lives to the technological garbage start to be something important and a must?.

This technological gurus can not be the heroes or geniuses that can guide a world to it´s finest , please. Heroes are those ones who change something for the benefit of the society. Give me a light bulb, a book or even  a religion but not one mother fucking peace of plastic with an apple on the back.

I guess those social networks work as a cheap psichologist for the 99 % of the population that use it. Sentences like, " today i compromise myself to be a better person" or " i´m going to help one granny when crossing the street" are used like reminders and tools of flatter. Obviously, by the end of the day most of them don´t do what is writen on their walls but, who cares?.

I guess next step in human evolution would be the complete removal of the tongue and add more fingers to our hands like this we can keep buzzing in this broken social scene.

lunes, 14 de mayo de 2012

MAYO por Piero Galasso


Verdade sobre produto
Sorriso como salvoconduto
Sentir parello ó do meniño
Proezas propias en forma de agarimos.

Xigante entre andamios
De xeonllos atopa beleza nos derradeiros anacos
Onde outros ouvean e se laian

Ela espállase leda coma a saraiba.


Ós seus pés xurdiron coincidencias
Papudas versións encarecidas
Tolemias que tentan achegarse
A unha bondade da que endexamáis poderán afastarse.

Ánimas degradadas a esquíos rechamantes
Saborosas representacións de escolma grega
Sen percibiren máis son ou xerga
Que a forza da súa paixón escagallada no agora, mañán e antes.


Piero Galasso