Felicidad. Todas las canciones suenan mejor después de
trabajar. Y eso que de ocho a nueve,como antesala del mejor programa de radio
en español, en mi emisora predilecta tiene lugar el programa radiofónico que
casualmente más detesto. El locutor ,con su lastimosa cadencia de voz y su
terrible exceso de protagonismo, consigue que odie el cine y todo lo que lo
rodea con esas grandes palabras para catalogar una película cuando al final hay
dos categorías para las películas, me emociona y no me emociona. Y de verdad
tengo interés en lo que puedan decir actores, directores y hasta los
productores, pero me supera ese comportamiento de artista del presentador que ,
en mi opinión, debería limitarse a ser un transmisor de opiniones ajenas y
olvidar su repetitiva actitud. Estulticia elevada al cubo. Pero, ay amigo,
cuando dan las nueve y la pedantería cinematográfica desaparece, se hace de día
hasta en invierno cuando suena la sintonía de Flor de pasión y Juan de Pablos
se adueña del sonido durante dos horas. Me proyecta hacia los años 40, 50 y 60
y me vuelve loco porque es el tipo de música que considero más pura. La música
raiz de toda la que viene después, como un liviano elemento generador de
satisfacción. Era una época en la que los músicos disfrutaban de veras con lo
que hacían ganando tres duros y con actitud de currante ante una disciplina
creativa. Sin vanidad ni egoismos sólo trabajo duro y armonía. No suenan
canciones lastimosas , sólo canciones vitalistas que me inoculan ganas de
bailar , de reir , de gritar y disfrutar. Tu mente está despreocupada de
tareas, números y menudencias y sólo está la carretera, el coche, tú y el
altavoz. Y de repente suena la joya. He descubierto una nueva canción de los
Beatles. En realidad es una versión de the crickets que grabaron en los
estudios de la BBC. La interpretan George y Paul y lo que siento cuando la
escucho es la sensación del deber cumplido y la expectación ante el placer que
está por venir. Esa deliciosa ansiedad previa a procastinar en compañía de
otras personas. Y escucho la melodía en bucle durante días, me la aprendo y la
canto durante meses hasta que Juan de Pablos vuelve a descubrirme otra nueva
versión de los Beatles, y la incorporo al catálogo de canciones que he
descubierto gracias a él y pienso en el día en que no haya Flor de Pasión y me
sobreviene la amargura hasta que descubro otra obra de lennon y Mccartney
cantada por Peter and Gordon A world
without love. Al escucharla y pensar en el día en que de Pablos muera o lo
echen, se me viene a la mente Cortázar y su muerte de los genios y tarareo:
You never wear a stitch of lace
Your powder´s never on your face
You´re always wearing jeans except on Sunday
So please don’t ever change
Now don´t you ever change
I kinda like the way you are
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