Lamentarse de las oportunidades perdidas
utilizando el recurso homicida
que extirpa el pequeño deseo
con el que componemos nuestro soneto.
Observar con deliciosos ojos de perro
el vaivén de las ideas compactas,
hirsutas en el destartalado museo,
vanguardia emocional de tebeo.
Incondicional de la sábana muerta,
soportando intrusos que atesoran
el poder de terminar con la mas esbelta
e inquebrantable fragata de solemne flota.
Caminar aún cuando el espíritu duerme,
bailar con zapatos de otra persona,
cantar sin tan siquiera exponerse,
explicarse deliciosamente sin sorna,
sentir que el animal se desboca,
escuchar al edificio lamentarse.
Reflexionar sobre aquel ave,
colocar un pie tras el otro,
descender de la torre de babel
con heridas y pústulas en el lomo.
Resumo aquí la visión futura
de un niño que con visión certera
equivocó estrella con patera
perdiendo la batalla pura y dura.
Piero Galasso
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