viernes, 27 de mayo de 2011

SEMILLA por Luc Dupont

``Siempre te voy a recordar. Nunca te voy a olvidar´´.

No se sabe qué decir en las despedidas. Él llevaba tiempo pensando en que no era feliz, aquélla relación que le había dado tanta alegría se derrumbaba y no había andamios que la sostuviesen. Sara era la persona que más había querido en su vida. Cuando la conoció, conoció un mundo como el suyo, descubrió que existían personas que le entendían y le comprendían de verdad, se sintió realmente bien y desapareció ese vacío que siempre lo acompañaba.

Sus días pasaban entre las sonrisas mutuas de dos personas encantadas de haberse conocido y pensar en el otro en sus breves ausencias. Él creía haber abierto una puerta hacia el cielo, ¿habría encontrado la manera de ser jodidamente feliz? No. Lo supo desde el principio. Sara le daba paz, pero no le daba verdad. Sus ojos iban perdiendo ilusión cada día. Y su alma necesitaba buscar más, necesitaba seguir rompiéndose. Para bien o mal, quería más. No quería detenerse allí, buscaba crecer y convertirse en lo que podía llegar a ser.

Cuando él se alejó de Sara, su mundo se rompió y necesitó buscar desesperadamente una nueva manera de sentirse bien. Pensó que el dolor duele. Y consiguió reconocer una luz en aquella oscuridad momentánea. Prefirió rendirse a vivr ocultando su resentimiento por las decepciones de ayer. Él sabe que la vida no admite mirar hacia atrás sin perdonar. Que empuja hacia delante. Por eso él decidió amar más a la vida, quererla más que a Sara y a cualquiera, que a él mismo.

Ahora sólo mira hacia atrás para agradecer todo lo que se quedó en el camino para llegar a ser quién es. Hoy, en este día tan frió.

Luc Dupont.

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