miércoles, 24 de noviembre de 2010

MENTIRA por Luc Dupont.

Cultura ardiente; eres un cuchillo bien afilado, el arma más poderosa con la que degollaremos las cabezas de los descerebrados.
Hoy podemos hacer lo que te apetezca. Podemos dar un paseo y encontrar temas de conversación, hablar de temas banales. Fingir que nos soportamos mutuamente, esperar que el reloj nos separe. Esta luz no te favorece, cariño. Déjame cerrar los ojos y soñar un poco.
Hoy podemos montar una revolucion afrancesada con tintes de capitalismo americano ,encajar piezas de Lego hasta lograr una forma fálica que sostenga el sistema en crisis y penetre nuestros cerebros hasta convertirnos en zombies. Con nuestra lengua muerta distinguiremos el sabor a vinazo español; duro y seco, el martillo de la lógica televisiva aplastará tus talentos escondidos, los clavos entran bien a la fuerza, intoxican a tus sueños con metal. Un golpe potente, poderoso, nadie hablará ni se quejará.
He aquí un cuadro impresionante e impresionista sobre el ocaso de la sociedad perfecta. Aquí podemos distinguir números incomprensibles que provocaron la supuesta crisis económica. En la parte superior aparecen personas indiferentes y ajenas al acontecimiento, absortos en lo que ellos llamaban ``el ocio´´. En el centro del cuadro aparece un interrogante. Esto nos hace pensar en un posible conflicto entre sociedad y ciudadanos no resuelto.
No entiendo las metáforas sobre el sueño trascendental representadas en las expresiones faciales; cojamos un cubo de pintura azul e impregnemos todo de viscosidad, así me entenderán. Llegarán a ver la luz y comprenderán la vulgaridad de mi alma urbana. El ingenio es un juego, el lenguaje un utensilio, el esperpento mi objetivo.
Bienvenidos a mi circo personal, señores, tomen asiento. Las mujeres están bien hermosas hoy; con un poco de ron enciendo la noche, derrochemos energía furtiva e inútil, el mandamiento religioso se basa en la repetición de nuestros pecados, a través del vicio nos nacerán alas para volar por el barro; cuando me sacuda os mancharé, ensuciaré el hogar familiar. Yo soy el que llego en navidad convertido en un gordo peligroso, obsceno como un regalo erótico; la anarquía es mi último derecho. El rey se puso contento viendo ese par de tetas, erección de majestad, distinguida excelencia. Le pondremos la corona al primer vagabundo que encontremos; brincando y embriagados nos deslizamos hacia el imaginario infantil, los cuentos populares encierran demencias cotidianas. Encontraremos una prostituta digna de este rey tuerto. El día de la boda real nos ducharemos, aseados semejamos gente decente, gracias por la invitación, que bien está la novia, cómo sube el vino, me quito la corbata; déjeme bailar con su mujer. Las manos ganan vida autónoma, esas nalgas no las quise yo tocar, ese episodio lo quisiera yo olvidar y repetir.
Mis padres me esperaban con la mano caliente por mis notas escolares; las asignaturas se pusieron complicadas, mi comportamiento fue declarado subversivo. Cómprenme todo lo que me merezco, prometo ser el consumidor más fiel de la industria. Cumpliré con todo el pack: bautizo, comunión y boda indigna pero católica con un travesti de esos que asustan por la noche. Se llama Antonio, usted ya lo conoce señor cura. Y no me quejaré ni hablaré, me comportaré como un ciudadano medio sin opinión ni fundamento. Permítame aprovechar este momento de unión y moralidad para ladrar en alto que el arte es mentira.

Luc Dupont

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