Se murió.
Mi hermano no era un tipo muy listo; se creía intocable en un planeta de miedo y humo. Lo peor de todo es que no tenía dos dedos de frente para saber que toda aquella nube de dinero, de pequeñas chapuzas y de meterse en la mierda cada vez más putrefacta para tener pasta, se acabaría. Quizás no se daba cuenta de que algún día le joderían porque nunca había olido nada diferente; desde pequeño aprendió a base de hostias y su corazón se quedó tan cerrado que desde los 14 años necesitaba drogarse porque no era capaz de afrontar la realidad. Pero tuvo que afrontar la muerte un mes de septiembre en medio de uno de los muchos errores que cometió cada día de su vida.
Ver el cadáver de tu hermano es duro.
Ver su cuerpo muerto y no sentir nada es todavía peor. Ese conjunto inerte me causa la misma emoción que una alfombra.
Puede que me parezca mucho a mi hermano; a mí también me han dado más golpes que abrazos, pero yo he crecido viéndolo a él, y eso me ha servido para aprender dos cosas: que es patético creerte que eres algo importante cuando no tienes donde caerte muerto, y que no se puede vivir echándole la culpa de lo que eres al entorno y a las circunstancias que te rodean. Para poder volar hay que tener alas, imaginación, y ser más listo que el hambre. Y tener cojones, claro. Puede que yo sea un bicho raro que no ha descubierto a qué especie pertenece. Pero no he dejado ni un segundo de pensar que estar vivo significa caminar, y ese camino lleva un letrero bien grande que indica DIGNIDAD. No me atrae sentirme poderoso ni ya tan siquiera me despiertan curiosidad las drogas. Consideraría que una de las estúpidas razones por las que mi hermano se convirtió en drogadicto fue la curiosidad. Adrenalina. ¡Inútil! ¿Porqué decidiste pudrirte en una esquina?
La familia no la elegimos. No nos elige. Pero nos perseguimos hasta el último suspiro de nuestras vidas, nos atormentamos mutuamente, nos amargamos la vida si es necesario para mantener el vínculo. Pero puedes devolver el carnet de socio.
Creo que no sentir nada por la muerte de un hermano puede ser normal.
Quiero convencerme de que esto es humano.
Luc Dupont.
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